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Anestésicos locales en odontología: valoración mediante pulsioximetría (página 2)



Partes: 1, 2

PACIENTES Y MÉTODOS

Diseño de la investigación: Se
valoraron en este estudio, la influencia que ejerce la
medicación anestésica utilizada localmente en la
extracción dental y su repercusión sobre los
siguientes parámetros: frecuencia cardiaca, presión
arterial y grado de saturación de oxigeno,
así como los efectos adversos en distintos momentos del
tratamiento odontológico.

Población estudio: Se incluyeron en el
estudio 264 pacientes distribuidos de forma aleatoria en dos
grupos de 198
y 66 pacientes, que recibieron articaína y
lidocaína respectivamente, cuyas edades estaban
comprendidas entre los 19 y 56 años. Los pacientes
incluidos en el estudio no presentaban enfermedades
cardiocirculatorias, no haciendo referencia a ningún otro
proceso
patológico, condición que era necesaria para ser
incluidos en el estudio. Así mismo no señalaron
procesos
alérgicos conocidos ni estaban sometidos a
medicación por procesos físicos ni
psíquicos. Todos ellos se sometieron a anestesia local,
para la realización de extracción dental en maxilar
superior y/o mandíbula.

Procedimiento: Los pacientes estudiados, una vez
realizada la cumplimentación de la historia clínica, y
la información pertinente para la
inclusión en el estudio, fueron controlados mediante un
pulsioxímetro BPM 200, colocando el sensor en el dedo
índice de la mano derecha y controlando los
parámetros arriba citados en los siguientes momentos:
Antes de iniciar el procedimiento,
después de la anestesia, al comenzar la extracción
y finalizada esta. La presión arterial se controló
mediante tensiómetro digital OMRON M4-I al principio y
final del procedimiento.

Los anestésicos utilizados fueron la
lidocaína al 2 % con epinefrina y articaína al 4 %
con epinefrina a una concentración de 1: 100.000,
utilizando carpules de 1,8 cc. y permitiéndose un total de
3 carpules como máximo ( 5,4 cc).

Se realizaron extracciones tanto en maxilar superior
como en el inferior. En la mandíbula se utilizó la
técnica anestésica troncular del nervio dentario
inferior, asociada a la del bucal y lingual para las extracciones
de los molares posteriores. En el maxilar superior, la
técnica empleada fue la infiltrativa periapical, asociada
con anestesia palatina del diente/molar a extraer.

La inclusión en cada uno de los grupos se
realizó de forma aleatoria ya que la enfermera
distribuía el tipo de anestésico sin que el
odontoestomatólogo conociera cual de los fármacos
iba a suministrar.

Criterios de eficacia. Viene
establecido por el tamaño de la muestra estadística. El nivel de confianza fue del
80 % en la detección del riesgo relativo,
con un rango de 1,84 o mayor y de 0,54 o menor, para un nivel de
significación de 0,05.

Análisis estadístico: Los
parámetros reseñados anteriormente han sido
tratados
mediante análisis de la varianza. Se analizó
mediante el paquete estadístico SPSS versión 11
implementado para PC.

RESULTADOS

Respecto a la saturación de oxígeno
de los pacientes estudiados, desde el inicio del procediminiento
hasta finalizado este y después de administrar
lidocaína a un grupo y
articaína al otro, las cifras de pO2 variaron entre 98,3 y
98,5 para el grupo que recibió articaína, y entre
97,9 y 98,3 para el que recibió lidocaína. Se
comprobó que no existen diferencias significativas en las
modificaciones de la saturación de oxígeno, durante
la acción
del anestésico. (Figura 1)

Fuente: propia
Figura 1. Saturación de O2

* Tiempo
de intervención:
1= Al sentarse el paciente en el sillón
2= Al realizar la inyección de
anestésico
3= En el momento de la extracción
4= Al finalizar la extracción.

En la frecuencia cardiaca, se pudo observar, como al
principio de la actividad quirúrgica se aprecia un aumento
de la presión arterial, volviendo a los límites
normales, al final de la actuación. La frecuencia cardiaca
se mantiene entre 85 y 84 latidos por minuto para los pacientes
que recibieron articaína, y entre 92 y 86 a los que se le
administró lidocaína. Dichas diferencias son
significativas. (Figura 2)

Fuente: propia
Figura 2. Frecuencia cardiaca

* Tiempo de intervención:
1= Al sentarse el paciente en el sillón
2= Al realizar la inyección de
anestésico
3= En el momento de la extracción
4= Al finalizar la extracción

Los cambios de la media de la presión arterial
tanto sistólica como diastólica, al sentarse el
paciente en el sillón y al finalizar el tratamiento,
varían con cifras comprendidas entre 79/135 para los
pacientes que recibieron articaína y 80/136 para los de
lidocaína. Al final del tratamiento, las cifras fueron de
85/109 y 82/110 respectivamente para los que se le
administró articaína y lidocaína. Las
modificaciones en la presión arterial son significativas.
(Figura 3).

Fuente: propia
Figura 3. Tensión arterial

* Tiempo de intervención:
1= Al sentarse el paciente en el sillón
2= Al finalizar la extracción

Como efectos adversos valorables, aparecieron dolor
postinyección y trismo en ambos grupos,
apreciándose parestesia en un paciente que recibió
lidocaína como anestésico local. (Tabla
1)

Tabla 1. Efectos adversos tras la
inyección de articaína y
lidocaína

EFECTOS
ADVERSOS

ARTICAINA
Nº de pacientes

LIDOCAINA
Nº de pacientes

Necrosis
Palatina

0

0

Dolor
Postinyección

4

6

Hematoma
Postinyección

0

0

Trismo
 

1

2

Parestesia
 

0

1

S.N.C.
 

0

0

TOTAL
 

5

9

Fuente: propia

DISCUSIÓN:

La introducción de distintas técnicas
odontológicas cada vez más complicadas
técnicamente, obliga a que las técnicas de
anestesia se realicen con fármacos que presenten una
eficacia y duración cada vez más adecuada al
procedimiento a realizar y que a su vez presenten unos efectos
secundarios y/o adversos negativos o de mínima intensidad
(9). Estas circunstancias ha llevado a que algunos autores hayan
realizado estudios con modelos
animales con
la finalidad de obtener anestésicos de mejor calidad (10).
Algunos de los problemas que
se pueden observar en los controles de la presión arterial
y de la valoración de los parámetros controlados
por pulsioximetría, pudieran estar modificados por la
situación de estrés que
se deriva por la actuación médica a que va a ser
sometido el paciente o incluso la acumulación de
catecolaminas derivadas de la
ansiedad, por lo que algunos autores que han estudiado el tema,
señalan que es muy difícil que la
acumulación de catecolaminas pudiera modificar de forma
manifiesta, la presión arterial, el pulso o la
saturación de oxigeno, aunque, esta claro que ante cada
situación la respuesta del paciente es distinta, por lo
que hay autores que recomiendan la monitorización en los
tratamientos dentales (11, 12), e incluso hay autores que
utilizan benzodiazepinas, aunque no encuentran diferencias en la
presión arterial durante el procedimiento
odontológico con los pacientes que no las tomaron
(13).

La epinefrina asociada a algunos anestésicos
locales, ha sido valorada como un posible factor que puede
modificar algunos parámetros, aunque también hay
autores que culpan de estos cambios al estrés y no a la
acción de la epinefrina (14).

Reploge (15), valorando la frecuencia cardiaca
después de infiltrar con lidocaína más
epinefrina, aprecia una aumento de la frecuencia cardiaca pero no
es significativo, datos que
coinciden con nuestro trabajo, pues
se produce un aumento de la frecuencia cardiaca tanto en los
pacientes que recibieron lidocaína como en los de
articaína al comienzo de la intervención, para
volver a valores
normales, al finalizar la intervención. Ryhanen (16)
estudiando los efectos cardiovasculares de la utilización
de lidocaína controlados con pulsioximetría ,
controlando la presión sistólica y
diastólica, no aprecia importantes cambios en estos
parámetros, detectando solamente mínimos efectos en
los parámetros citados, mencionando por otra parte que los
cambios pueden estar generados por las situaciones de
estrés y no por la utilización de la epinefrina.
Similares resultados describen otros autores (17, 18) con la
utilización de este tipo de anestésico. Coincidimos
con estos autores, obteniendo en nuestro estudio, aumento de la
presión arterial al inicio del tratamiento para los dos
fármacos estudiados.

La articaína también utilizada en medicina oral
ha sido estudiada con fines similares desde estudios
experimentales (19), y comparada en distintos estudios con la
lidocaína, estando los autores de acuerdo (20), de que
ambos productos son
idóneos para la práctica de la odontología,
incluso en la práctica de la odontología
pediátrica (21). Tampoco se han descrito alteraciones
manifiestas en el control de la saturación de oxigeno
(22), refiriendo estos autores que la disminución de
los valores en
la saturación de oxigeno es mínima, y si la hay,
suele ser debida al aumento tisular del consumo de
oxigeno, inducido posiblemente por el incremento de las
catecolaminas circulantes inducidas por el estrés. Hemos
podido observar en nuestro estudio, que no existen diferencias
significativas en las modificaciones de la saturación de
oxígeno, encontrando los valores más bajos en el
momento de realizar la extracción.

La utilización de cualquier tipo de medicamento y
en este caso de los anestésicos locales debe reducir al
mínimo los efectos tóxicos y adversos derivados de
su utilización. Nussetein (23), estudia la respuesta al
dolor durante y después de la inyección de
lidocaína asociada a epinefrina observando la
aparición temporal de parestesias y dolor
postinyección. Christoph (24), estudia la respuesta
anestésica de la lidocaína con sustancias asociadas
con un determinado pH, no
apreciando alteraciones estadísticamente significativas,
presentando resultados similares Krause (25). Estudios semejantes
se realizaron valorando la respuesta de la articaína y
comparándolos con la lidocaína, en los que se
valoraban la respuesta tisular, habiendo apreciado algunas zonas
necróticas en el tejido de la inyección. Singi
(26), refiere que en un estudio experimental, los
anestésicos locales asociados con las catecolaminas,
actúan sobre el sistema
cardiovascular, produciendo alteraciones de la presión
arterial, e incluso pueden aparecer arritmias cardiacas,
circunstancias que ya han sido discutidas
anteriormente.

Como efecto adverso comunicado como más frecuente
de la articaína figuran las parestesias(27),
habiéndose descrito en alguna ocasión la presencia
de angioedema (28), y la aparición de hipertensión en el caso de pasar el
anestésico al sistema
circulatorio. En nuestro estudio el efecto adverso más
frecuente encontrado, fue el dolor postinyección para
ambos grupos estudiados, apareciendo parestesias en un paciente
que recibió lidocaína.

De los datos obtenidos se puede decir que tanto la
lidocaína como la articaína asociadas a epinefrina,
pueden considerarse como anestésicos locales, adecuados y
seguros en la
práctica odontoestomatológica. Que los efectos
hemodinámicas que se producen como consecuencia de su
utilización pueden estar inducidos por las catecolaminas.
Hay que tener singular cuidado en la utilización de estos
anestésicos locales en pacientes hipertensos o con
problemas cardiocirculatorios, por lo que sería
conveniente el control con pulsioxímetro de estos
pacientes (29), durante las actuaciones odontológicas,
para poder valorar
los cambios de la frecuencia cardiaca, la saturación de
oxigeno y la presión arterial.

REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS:

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Dr. Joaquín Francisco López Marcos.
Prof. Asociado de la Facultad de Odontología. Universidad de
Salamanca. España.
Miembro de la Sociedad
Española de Odontoestomatología para el
Minusválido y Pacientes Especiales (SEOEME).
Silvia García Valle, Licenciada en Farmacia.
Universidad de Salamanca. España.
Begoña García Cenador, Licenciada en
Biología.
Universidad de Salamanca. España
Dirección Correspondencia:
Joaquín F. López Marcos, C/ Isaac Peral 10-24,
2ºH 37004-Salamanca. España Telf: +34 923 25 03
25.

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